6 de abril de 2011

Lo dulce también amarga

La obesidad infantil afecta a entre el 5 y 10% de los niños de países desarrollados y constituye uno de los principales problemas sociales. Por ello, desde Micrópolis, ‘Typical of Patris’ quiere fomentar tanto la actividad física como la alimentación natural, sana y equilibrada entre los niños, haciendo un llamamiento a los padres, instituciones y fundaciones que son responsables directos de su salud presente y futura. 

Sano no ha de ser sinónimo de gordo. Se debe erradicar la idea de que el sobrepeso en los menores es beneficioso para dar ‘el estirón’. La gordura de los niños impide, al igual que en los mayores, desarrollar una vida plena y normal. No sólo porque no puedan practicar deporte, sino porque no podrán cumplir con sus tareas cotidianas debido al cansancio que ocasiona el sobrepeso. La obesidad  causa problemas respiratorios, fatiga, baja autoestima y en ocasiones es razón de discriminación social en los círculos infantiles.

Puede parecer que se trata de una cuestión de estética, que la moda de hace unos años era mucho menos estricta con el peso que la actual. Pero no es estética: es garantía de bienestar futuro
¿Cómo juntar actividad física y alimentación sana? Pensando y pensando hemos dado con la forma de hacerlo.

En Micrópolis existe un vacío en lo referente a la diversión de los más pequeños. Hemos apreciado que los niños entre 5 y 14 años no tienen ninguna actividad dirigida hacia ellos.
Proponemos la creación de centros sociales donde los 'peques' se puedan reunir con sus amigos. En estos centros contarán con todo tipo de actividades para divertirse, además de poder tomarse algo con los amigos a la hora de la merienda.

Mediante la creación de estos centros podremos animarles a que desarrollen actividades físicas, que tan buenas son para la salud. Éstas pueden ir desde coreografías que aprendan a competiciones con videoconsolas (las preferidas son Wii y los juegos de Play Station Move, pues permiten a los jugadores levantarse del sofá y ser más activos).

Las actividades siempre estarán aprobadas por especialistas, pues queremos que, además de jugar y divertirse, cuiden su salud sin casi darse cuenta.



La hora de la merienda

Teniendo en cuenta la rapidez de aprendizaje de hábitos en edades tempranas, deseamos que comer bien no sea sinónimo de comer a gusto del consumidor, sino de forma equilibrada.  Los niños no han desarrollado todavía su capacidad de elección ni su total raciocinio. Eligen qué quieren comer de manera arbitraria, no por necesidad. En cambio, los adultos podemos discernir lo que es sano y lo que no para ellos, y estamos seguras de que nadie desea que nuestro niños de ahora sean futuros adultos enfermos.

Las frutas, verduras y pescados son escasos en la dieta infantil. Para quienes piensen que es complicado que acepten la verdura antes que la carne, se equivocan. ¡Vamos a hacerla atractiva!. Se trata de sencillos trucos: tanto la fruta como la verdura suelen tener colores llamativos. Pónganles un plato lleno de fruta cortada y variada para merendar. No pueden explicarles por qué es mejor la fruta que el dulce, pero sí pueden hacérselo ver. Comemos con los ojos.

Los centros sociales para los niños se harán cargo de la merienda, pero esta labor también depende de vosotros, padres y educadores. ¿Algo perdidos? Evitemos eso leyendo unas recomendaciones: 

> Establezcan siempre cantidades moderadas de comida y de cena, eliminando los fritos por la noche. Además de grasos, son indigestos. Es importante que los niños estén bien alimentados pero que a la par tengan energía. Por tanto, una cena ligera les ayudará a descansar, mientras que un desayuno compuesto de leche, fruta y cereales les dará la energía diaria.

> Alimentos como la leche han sido casi tan controvertidos como los aceites. El principal argumento es que somos el único mamífero que sigue consumiendo leche tras la lactancia. Lo que parecen olvidar es que los huesos con calcio, y el calcio lo hallamos en la leche y sus derivados. Desde 'Typical of Patri's recomendamos la lactancia materna antes que las leches en polvo, así como un consumo racional de leche en los niños estimado en dos vasos diarios.

> La bollería industrial está elaborada con aceites de coco y palma, que se enmascaran bajo la denominación de grasas vegetales. La polémica está presente con detractores y favorables a este compuesto. Las grasas son imprescindibles para el organismo, pero en cantidades altas producen colesterol (LDL) que conlleva problemas cardiovasculares. Se trata de una fuente de energía inmediata pero que se agrupa y pega en las células, órganos y arterias. Sin embargo, hay otros alimentos que también dan energía instantánea y resultan buenos sustitutivos de los bollos: el plátano y las nueces, por ejemplo. No se trata de eliminar de la dieta de los niños la bollería: se puede elaborar en casa, garantizándonos que los componentes serán siempre más saludables. Establecer un día a la semana para comer un bollo, cambiando el resto de días por bocadillos pequeños, frutas o frutos secos, es una buena manera de empezar.

Desde 'Typical of Patris' proponemos -y queremos- que los niños sean felices y se diviertan mientras cuidan su salud. Nosotros, los mayores, tenemos que educarles en desarrollar una vida saludable desarrollando actividades físicas y cuidando su alimentación.


13 de marzo de 2011

Niños: El tabaco no es lo más malo

El siglo XXI ha comenzado con una lucha contra el tabaquismo. Sobre todo, han puesto al tabaco como lo peor que puede respirar un niño. Pero no se dan cuenta que estos mismos infantes, respiran cosas peores y que afectan más a su salud. 

Intentaremos demostrar que el tabaco no es lo peor que pueden respirar los pequeños en los dos sitios más polémicos: los espacios públicos al aire y los coches.

Primera situación: los espacios públicos. Muchas personas están comenzando a pedir que aquí también se prohíba fumar. Pero los fumadores no entendemos por qué si hay algo que contamina muchísimo más y hace más daño a la salud: los vehículos a motor. Los efectos de la contaminación atmosférica son los mismos que los del tabaco: bronquitis crónica, dificultades respiratorias (asma), catarros, flemas y cáncer de pulmón en la medida en que los aspiramos. Por tanto, aunque los niños no estuvieran expuestos al humo del tabaco en espacios públicos, seguirán estando expuestos a contaminación atmosférica (de la que apenas existen datos, puesto que es difícil medir los efectos).

La contaminación "puede desencadenar un aumento de enfermedades crónicas que originan otras enfermedades y que acortan la vida de las personas que las padecen" (Artículo de EL PAÍS, enlazado). Pero siempre es más fácil y cómodo decirle a un fumador que apague el cigarro a que tú dejes el coche aparcado y vayas en transporte público o andando para no contaminar. La salubridad no queda garantizada porque se prohíba fumar en los parques, pues no depende sólo del humo del tabaco.

En espacios privados entendemos que debe haber una autorregulación conforme a los principios morales y éticos de cada familia (Artículo 18 CE, sobre la intimidad). El ámbito de lo privado no debería regularse más que por los individuos. En el Artículo 27.3 de la Constitución Española se recoge el derecho que asiste a los padres de dar una educación moral de acuerdo a sus convicciones.

Entendemos que en el ámbito de lo privado prima la libertad de enseñanza sobre el deseo colectivo. De esta forma, debería estar permitido fumar en el coche o en casa independientemente de la presencia de los niños según lo crea conveniente cada familia.

Respecto a los coches y la salubridad de fumar en ellos: qué malos son los padres que lo hacen, piensan muchos. Pero, ¿a qué no piensan en lo malo que es que un niño respire el 'olor a nuevo' de un vehículo recién comprado? En eso no piensan. Existen varios estudios científicos que coinciden en señalar que este olor no es todo lo saludable que pensamos, ya que algunos de los polímeros empleados en los guarnecidos de las puertas, el salpicadero y otros componentes que se encuentran directamente en contacto con la “atmósfera” del habitáculo desprenden hasta 60 sustancias químicas volátiles, especialmente cuando la exposición al sol hace subir la temperatura del habitáculo. (Más información)

La educación como factor determinante

Señores y señoras, por favor, no semos hipócritas. El tabaco es de lo menos nocivo para un menor. En el ambiente hay muchas más cosas y miramos hacia otro lado. Los niños pueden imitar el hecho de fumar pero se puede evitar mediante la instrucción. En un estudio realizado por Francisco Javier Molina Cobos y M. Carmen Luciano Soriano, de la Universidad de Almería, se demuestra que las conductas de los niños no siempre han de ser imitativas del modelo. Si el modelo (padre) fuma y dice a sus hijos que no deben de hacerlo, se genera lo que estos autores llaman “situación de conflicto” entre lo que hace y dice que ha de hacerse. En este estudio (titulado “Seguir lo que hace un modelo o lo que dice en niños prescolares) se concluye que los niños de 6,7 y 9 años seguían la conducta del modelo más que los niños de 11 años. No obstante, señalan que en todos los grupos de edad hubo niños que siguieron las instrucciones y otros que actuaron como el modelo.

Aunque las conductas imitativas son frecuentes en los niños, para evitarlas deben acompañarse de instrucción, tanto si el padre predica con el ejemplo como si no lo hace. La clave es la información, de la que creemos responsables tanto a padres como a Medios de Comunicación. Si informamos sobre los efectos del tabaco a los niños, éstos decidirán (desde su libertad) si fumarán o no cuando sean adultos. No se trata de que fumar delante de ellos les incite a hacerlo, sino de que mediante la instrucción se les aconseje no hacerlo. No obstante, hay otras conductas como la violencia que son imitativas cuanto mayor sea el grado de exposición de los niños a ellas.

Creemos que puede reducirse el consumo de tabaco delante de los niños, pero no ha de erradicarse porque las personas gozan de libertad individual para decidir sobre sus actos. Aunque haya más posibilidades de que los hijos sean futuros fumadores si los padres fuman, no ha de repetirse el modelo si se acompaña de información suficiente y se les explica claramente por qué no deberían fumar. 

Por qué defender el tabaco: libertad

Siendo Micrópolis una ciudad con representatividad de todas las opiniones, desde el Club de Fumadores nos oponemos taxativamente a la medida punitiva que prohíbe fumar en los espacios públicos (parques) y los espacios que consideramos de carácter privado o íntimo (casa y coche) aun habiendo menores en ellos.

En el Artículo 1º, capítulo 2º de la Constitución española se recogen los derechos fundamentales de las personas como los que gozan de mayor protección. Como defensa de nuestra oposición entendemos que han de tenerse en cuenta los principios de libertad, igualdad, intimidad y libertad de enseñanza sin ser incompatibles con los concernientes a la protección de menores.

Asimismo, defendemos que si los niños tienden a imitar los comportamientos adultos -y éste es uno de los motivos por el cual se restringe la libertad de los fumadores en Micrópolis-, la medida alternativa para que esto no suceda es fomentar una educación antitabaco desde los Medios de Comunicación y desde la familia.

El primer derecho fundamental del que gozan todos los individuos es su libertad (Artículo 17 CE). Desde esa libertad se deciden las acciones. Consideramos que la medida de Micrópolis coarta radicalmente la libertad de los fumadores, puesto que fumar se considera acción punitiva. Debemos acudir al respeto, tanto de los no fumadores como de los fumadores. En Micrópolis sólo se respeta a los no fumadores. Del mismo modo, el principio de igualdad  (Artículo 14 CE) rechaza la discriminación por cualquier condición o circunstancia. Prohibir fumar en todos los espacios (privados y públicos) es una discriminación de circunstancia hacia las personas que fuman, y encontramos una laguna social en la norma pues no se especifican los espacios en los que sí se podría fumar.

Droga aceptada y legal

Según el ordenamiento actual,  pese a que se restrinjan los espacios de consumo. Los fabricantes sólo están obligados legalmente a informar sobre los riesgos para la salud.

Que consideren al tabaco una droga ilegal. Sin llegar a legislar, conseguir que el tabaco sea una sustancia castigada moralmente por la sociedad es una tarea de siglos, de forma que no será posible.

La hipocresía del sistema fiscal

El tabaco es una fuente de ingresos en Micrópolis: si se restringe el consumo de tabaco en determinados lugares, tendremos un exceso de oferta y escasez de demanda, por lo que se perderá dinero en el negocio bajando las ventas. Estas ventas repercuten en las arcas públicas de la ciudad . También repercutirá negativamente en las empresas tabacaleras, puesto que si no se vende tabaco no obtendrán ingresos para subsistir empresarialmente, se reducirán los establecimientos de venta y como consecuencia habrá pérdidas de empleo

9 de marzo de 2011

¡Ya estamos aquí!

En nuestra pequeña polis no ha tocado defender al Club de Fumadores taxativos.
Vamos a defender el tabaco en una ciudad tan salubre, pero 'Typical of Patris' es ir a contracorriente ;)


Kate Moss fumando en el desfile de Louis Vuitton | Ap